Se atribuye al filósofo griego Heráclito la conocida frase de «todo fluye, nada permanece» en alusión a que los cambios son inevitables; ya sea una situación positiva o negativa, lo cierto es que, en algún punto, se verá alterada.
Si bien pudiera estar usted de acuerdo y asintiendo mientras lee, lo cierto es que, en la Administración española, lo de tomar las riendas para llevar a cabo un verdadero cambio no llega a acontecer. La fórmula elegida hasta el momento es ir produciendo legislación sectorial «y a ver qué pasa»; pensemos en la Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos, hoy ya derogada. Esta norma tenía como fin adaptar la administración a la vida de un ciudadano que ya llevaba varios años navegando por la red, pero sin ser una apuesta clara y decidida. Da la sensación de que la Administración está sentada, esperando, y cuando observa que empiezan a cambiar ciertos sectores de la sociedad, ella va detrás.
Esto es especialmente llamativo en la actuación de las Administraciones con los opositores, a los que trata desde una clara posición de superioridad.
Lo paradójico es que desde hace años se están creando foros en los que se trata este asunto bajo el raro título de «Captar talento», como los llevados a cabo por el INAP, (disponibles en su canal de YouTube); se crean charlas y debates; se presentan papers; se tira de autores, como Carles Ramió (que lleva años anunciando el camino) pero solo para hacerse los entendidos; se habla de altas partidas necesarias para un verdadero cambio.
Y de pronto, llega la Diputación de Palencia, y sin apenas ruido ni grandes inversiones, hace exactamente lo que tiene que hacer para renovar la relación administración-opositor, como se desprende del claro mensaje que transmite Virginia Losa.
Agradecidos por su trato y su respeto y deseando suerte a todos lo que se vayan a presentar, os dejamos en enlace a los que busquen trabajar con ella y crecer en lo personal y profesional: